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Almacenamiento de los neumáticos

Los neumáticos deben almacenarse en un lugar seco y frío, situado lejos de fuentes de luz solar, calor y ozono, como salas de calderas o de motores eléctricos.

Deben almacenarse de modo que no haya peligro de que se deposite agua en su interior. Asegúrese de que las superficies en las que se almacenen los neumáticos estén limpias y libres de grasa, combustible y otras sustancias que puedan deteriorar la goma. Los neumáticos expuestos a estos materiales durante su almacenamiento o conducción pueden debilitarse y romperse repentinamente. Además, debería cerciorarse de que circula aire por todos los lados de los neumáticos, incluyendo el interior, de modo que se eviten daños por humedad.

Al apilar neumáticos (uno encima de otro), hágalo de tal modo que los neumáticos de la parte de abajo conserven la forma; además debe rotarse la pila con regularidad para mantener la forma de los neumáticos inferiores.

Al almacenar neumáticos en el exterior, protéjalos con una cobertura opaca e impermeable que los cubra y los eleve del suelo. No almacene neumáticos en asfalto negro u otras superficies absorbentes de calor, cubiertas de nieve o arena.